ARQUITECTÓNICO

Ver cómo día a día se levanta un edificio desde la tierra es un conocimiento invaluable


POR: JORGE L. MARTÍNEZ

Ser un nuevo arquitecto, estar en obra y no de visita, ver cómo día con día se levanta un edificio desde la tierra, de la nada, aunque no tomes las decisiones cruciales, sabes que hay detalles que te hacen pertenecer a ello, y no solo eso, sino que estar ahí de pie te hace obtener conocimientos invaluables.

Horas y días pasaban, cada pieza era colocada en su lugar, la gente avanza construyendo desde el subsuelo hasta lo más alto, llega más material, especialistas ejecutan lo suyo, cada quien hace su parte, personas ajenas a la obra se quedan viendo cómo se realizan las labores, toman alguna foto y se van.

El simple hecho de ser el primer edificio en el que participas desde el día en que su idea fue concebida, luego desarrollada, cómo fue concursada la obra, ser testigo de todo el proceso constructivo lo hace realmente significativo.

Saber donde quedó instalado cada tornillo, cada hoja de yeso, cada tabla de machimbre, de donde vino cada uno de sus elementos, hasta quién los colocó ahí, incluso cuánto cobró, es un conocimiento que se adquiere solo con la experiencia.

Así, se adquiere nuevo conocimiento, se desperezan los pies caminan y cambia la perspectiva, las ideas y las expectativas, de la teoría se pasa a la práctica, dejas de ser un estudiante y te conviertes en arquitecto.

Aquí estamos.